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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Leviathan

Leviathan (2012) Lucien Castaing-Taylor - Verena Paravel (Reino Unido)

Documental que va de un barco faenando pesca.

Se define como cine experimental.

Le dan premio ex aequo en el festival de cine de Sevilla, entre otros laureles.

Es una castaña que no tienes por donde cogerla.

Uno puede discutir sobre si gusta o no de, por ejemplo, "El árbol de la vida" de Terrence Malick, que en el principio parecía se había encallado en el plano secuencia de la bolsa bailando por el aire de "American beauty". En este torturador documental no cabe discusión.

Plano secuencia es una toma larga, sin cortes, que requiere planificación y que resulta muy costosa por los elementos que la integran y que deben quedar armonizados (actuaciones, luz, cámara,...) Leviathan está llena de planos secuencia al estilo del mejor Kubrick de "Senderos de gloria", igual, exactamente igual, más largos que el de Haneke en "Funny games" que ya es decir, y de claro insulto al majestuoso inicio de "Sed de mal" de Orson Wells. Ya se sabe, en ocasiones se hacen homenajes, y en otras, como en este caso, lo contrario.

Si alguien desea un documental que hable sobre la pesca en el mar, que se mire "The end of the line" del 2009 de Rupert Murray, curiosamente también del Reino Unido y que se estrenó, cómo no, en el festival de Sundance, y ya van no sé cuantas a la bolsa de Robert.

Si se clasifica como cine experimental, vamos a definir que por experimental nos referimos en este caso a cómo agotar la paciencia del que lo visiona.

He hecho uso de toda la paciencia que la naturaleza me concedió. Bastante, después de tragármelo entero me lo verifico de forma empírica.

Quien les diga que es poesía marina, pues vale, también hay mediocres poetas. Quien les diga que es una inmersión en el mar, pues dejarle que se inmersione a si mismo pero que no arrastre cual plomo al resto en esa sinfonía de ruidos de cadenas metálicas, agua salpicada y extracción de desechos. Quien les cuente que después de verlo no van a comer ni pescado ni marisco, miente. Más bien pensar que en nuestros mercados, en nuestras lonjas, los difuntos seres marinos que comeremos tienen mejor aspecto, ya que el barco que faena parece dedicar parte de sus capturas a la industria del congelado, de ahí ciertas decapitaciones y tratamiento de capturas. No soy pescador, puedo errar, y me da absolutamente igual. También hay algo de publicidad estática de Hellman's, casi dan ganas de levantarte a guardar el tarro a la nevera.

Como aficionado que soy de la fórmula 1, no definiría como experimental situar cámaras fijas en el barco para disponer de tomas faltas de enfoque, de iluminación, de nitidez, de desarrollo, de información, de formación, de interés. Desde luego debe ser experimental conseguirlo, y menos mal, porque sino dejo la afición que siento por el cine y me paso al punto de cruz. 

Se explaya durante minutos que a mí se me han hecho interminables con planos que no aportan absolutamente nada de nada. Rostro no en primer plano, sino por ejemplo de los poros de un brazo tatuado, de los puntos negros nasales de un marinero, de cómo se ducha otro de pecho a cabeza, como se da champú, o sea, una impresión enriquecedora, una impresión inolvidable, una impresión que me ha hecho dar cuenta de cuanto me rodea. Gracias Lucien. Gracias Verena.

Me siento capacitado para ser director de cine experimental, si a eso nos referimos. Luego que me den algún laurel en el festival de algún municipio de menos de 5.000 habitantes, que seguro no estaré al nivel del par de estrellas que han firmado este.

Quedaría de muerte decir que es una pasada, elevaríamos el esnobismo a un grado superlativo.

Si aún con lo expresado, hay algún temerario, o algún incrédulo, que tenga cuidado. Me he esmerado en poneros 3 frames en alta resolución (1920x1080) de forma aleatoria en dos de ellas, en la tercera buscaba el punto negro de la nariz. Pues siguiendo con ello, a una razón de 23.97 fps, en un documental de 1:28, ahí es ná tragarse unas 125.000 fotografías parecidas, he descontado los créditos iniciales y los finales, que esos si que se pueden ver.


No todo es malo, también tiene un par de cosas buenas. Por una parte todos la podemos ver en versión original porque sin ser muda hace las veces. Por otra, ahorraremos una pasta gansa en no tener que adquirir su banda sonora, por inexistente, que algo bueno siempre se debe sacar de todo.

Recuerden y no se engañen, "Leviathan" o una buena traducción a nuestras salas hubiera sido también "Una castaña en el mar".



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