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domingo, 28 de julio de 2013

Mutación. Un episodio perdido.

Al final mutaré el blog.

Yo quería hablar de cine, sólo de cine. Ha pasado semana larga y ya hablo de lo que siento, algo más íntimo, que no secreto.

Si de secretos hablo, no, no me gustan; me coartan libertad, la de los míos, la de lo mío y... lo mío es de todos, de todos a los que se lo quiero entregar, que no son todos.

Quiero y anhelo, y lucho, de manera insistente para ser más libre y es posible que mi sino sea la hambruna social.

Lejos de decir un no me importa prefiero expresar un yo lo elijo, porque soy consciente de mis decisiones y las asumo para con mí, con mi familia y con los que me son más próximos, pero estoy dispuesto a vivir, a intentar que mis hijos no sientan temor a lo que quieran ser, que lo sean, que la muerte es simple consecuencia de vida, y que vida no vivida no merece ser vivida, que es purgatorio en vigilia.

Si preso estoy de la sinrazón ellos son los que deberán decidir, como tantas y tantas veces debemos y hemos debido hacer.

Después de una intro propia de un petardo, que no me he fumado, ¿qué quiero decir?, pues que os dejo un vídeo que me ha impactado, que me ha dado un plus, una confirmación, un sentir que letras no trasladan.

Os pondré el link, lo compartiré, y la brutal metáfora de libertad que mi mente siente y que me obliga a difundir.

Leí en el blog de Francesc Cornadó la tríada igualdad, fraternidad, libertad, y da tanto que pensar que ni ganas de pensar tengo.

El vídeo, que está bien montado, que tiene música que inspira libertad, que se desarrolla en un abierto que es cerrado, ha calado tan hondo en mí que no puedo más que rendir admiración, gratitud, fuerza, coraje, inspiración, persistencia, pureza y mucho más.

No se qué os trasladará, aunque, educadamente, tampoco me importa, porque no hay pretensión, sólo difusión y que cada uno lo sienta como deba. 

Siento un... un... cómo decirlo, un que  cada uno decida su vida, sin construirnos una ajena, sin justificarnos, sin escondernos, viviendo la nuestra, no la de otros, no una prestada, si una aceptada, no una subyugada, no una sumisa, ¡no!, no la de días de fiesta, sino la de siempre, la intransferible, con personalidad, con determinación, con ilusión, sin peajes, con transgresión, con respeto, con ganas de más, intentando ser mejor para uno mismo y para los demás, sin complejo, con aceptación, sin sentir inferioridad, sabiendo vivir, queriendo vivir, dando vida.

James y su Parkour, James y su libertad.

Tuve suerte de verlo montado con Tourist y su Placid acid de fondo.

Es un exceso visual que adicciona, me veo en sus sombras y quiero estar ahí, sentirme ahí, reconocerme ahí.





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