Amor (2012) Michael Haneke - Austria
¿Estoy contento de haberla visto?, no. ¿Me ha aportado algo que no supiera o tuviera interés en ver?, no. ¿Es sorprendente en algún pasaje?, no.
Es una película concebida para ir de festivales, bien interpretada, pero que si tengo 70 años no querría ver ni bajo pena de tortura. No es falsa, es tan cotidiana que te preguntas
¿y qué me estás contando?
Las actuaciones son excelentes, sobre todo Emmanuelle Riva; próximas a una obra de teatro deprimente, real, y conocida. Desde luego que amor incluye lo que muestra "Amor", pero hay vertientes más amables, completas e imparciales; es más, más que amor, nos traslada en qué nos convertimos y a qué nos subyugamos por amar, que amor propiamente dicho. La realidad que enseña me la sé antes de que la ponga en imágenes, no hay nada positivo en ningún instante, sólo se dedica a mostrar como una llama se apaga pese a desespero y frustración fruto de la resignación. No es un amor bidireccional, es un amor entregado, poseído, después de una vida plena, después de una felicidad trabajada y merecida. No la volveré a ver, seguro.
Hay contrastes. Viven en un piso de techos altísimos, de anchos de pasillo inverosímil, pisos parecidos a los del ensanche barcelonés; en contraposición, observas una cocina alejada de nuestra actualidad, no hay lavavajillas, no hay microondas,... no hacen falta, pero en una estancia hay un piano de cola que navega en un mar de espacio y después de tantos años uno tiende a renovar baños y cocina por la mera erosión que ejerce el paso del tiempo, ellos no. Son gente austera, con una vida entregada a las artes, pasión por la música, por los clásicos y por la lectura. No hacen descargas, no hay portátil, no hay internet, no hay televisión, incluso leen el periódico de papel al acostarse, no sé si el director ha pretendido que asistamos también al fin de una era o ha sido casualidad; me olvidaba, sí hay un par de detalles tecnológicos de vanguardia, una cama electrificada, y una silla motorizada que ya habría deseado el Paul Newman de "La última locura".
Eso si, se esfuerza en enseñar a dos jubilados que pagan por asistir a conciertos, que compran CD's y que devoran libros de tienda; podría enseñarnos paseo o mención a la biblioteca pública, de más actualidad hoy que nuestro bienestar tiende a la extinción; pero no, será que algún patrocinador exigirá algún subliminal mensaje del tipo "Si ellos lo hacen, vosotros, todos, también debéis"
Sí hay una gran carga de frustración, desespero y resignación. Ya lo he vivido, como espectador de mi realidad, más de una vez, no me hacía falta que el Sr. Haneke me lo mostrara en sucesión de frames.
Hay trabajos que reciben el mayor elogio sin merecerlo, y éste es un claro ejemplo. Bien filmada, bien interpretada, de fácil guión, todo listo para servir rápido. Sólo uno tiene que mirar su propia vida, y si ha habido amor alrededor de ella ya sabe que es lo que hay, hubo y habrá. Los que no sepan qué es amar tampoco lo van a comprender.
Me parece una película preconcebida para críticos, crítica y exaltación cinematográfica. Para lo que ha hecho ya está la cruda realidad, las fotografías, la memoria y los recuerdos.
Una decepción en toda regla. Amor es mucho más. Amar es la lucha diaria que nos llevará en volandas al final que nos depare el destino.
Hace pocos días vi por tv Funny games, la primera versión, de 1997. En esta película, el protagonista no es el amor, o la vejez. Es la violencia gratuita. Bien interpretada, es una película dura, durísima. Haneke hace una descripción fría, podría decirse aséptica, de esa violencia. Las víctimas acaban siendo simplemente víctimas, no hay compasión alguna. Y algo de ese planteamiento distante me parece encontrar en Amor, y creo que en todas las películas de Haneke.
ResponderEliminarNo había visto nada de Haneke. Antes de "Amour" tenía interés por ver "The white ribbon" pero... Después de lo visto no me quedó cuerpo con ganas de mucho más. La perseverancia me hará ver lo que en su día pretendí, y ahora programa doble con "Funny games". No sé qué me voy a encontrar, en cualquier caso la violencia gratuita, si bien forma parte de nuestra vida, pudiendo llegar a ser habitual en un contexto social, no es vida cotidiana y espero que me traslade más de lo que "Amour" consiguió. Totalmente de acuerdo en que lo filma de forma distante y aséptica, palabra muy acertada para definir lo que vi.
Eliminar